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Medios, medios y la tendencia al promedio

Colaboración

Esteban Colla-De-Robertis

28/2/23, 10:00 p.m.

Esteban Colla-De-Robertis

Vivimos en una era en la que todo se parece: marcas, autos, moda, interiores, exteriores, publicidad de películas y libros de autoayuda, selfies, shelfies. En lugar de originalidad, es notoria la tendencia a la uniformidad. Alex Murrell lo muestra en un artículo reciente, con fotografías muy elocuentes. Cita además a críticos y expertos que describen esta tendencia en diversas áreas. Por ejemplo, las salas de estar mostradas en Airbnb coinciden en el diseño: paredes blancas, madera en bruto, ladrillo a la vista, estanterías abiertas. Las cafeterías de Copenhagen, Tokyo, o Brooklyn, son iguales en su diseño, así como los frentes de edificios de viviendas.


Tyler Cowen recomienda este artículo como uno de los mejores del año, aunque afirma que puede subestimarse la diversidad que estamos contruyendo a través de Internet y los modelos GPT.


¿Porqué se presenta esta tendencia al promedio? Puede tener raíz en un comportamiento de las personas en una sociedad, que es hasta cierto punto normal. Hay temor a ser diferentes y a lo diferente, especialmente en momentos de incertidumbre. Viene a la memoria una escena de la película “El contador” (The Accountant), en la que el protagonista, de niño, recibe el siguiente consejo de su papá ante el bullying de sus compañeros:


“Crees que si no te defiendes (...) agradarás a la gente y dejarán de molestarte y llamarte bicho raro? (...) No les agradas, no les desagradas. Te tienen miedo. Eres diferente. Tarde o temprano, lo “diferente” asusta a la gente.”


No nos gusta llamar la atención y vamos a lo seguro, buscando conformarnos con los demás. Si una persona influyente se muestra distinta, y esta diferencia se viraliza por las redes, todos buscamos incorporar esa novedad en lo que vestimos, en lo que usamos, en el lugar que vivimos. Eventualmente lo que es novedad deja de serlo.


Esta tendencia al promedio fue observada por Keynes para explicar las fluctuaciones en los precios de activos financieros en épocas de crisis o incertidumbre, cuando los inversores compran acciones que creen que comprarán otros inversores en lugar de aquellas con mejores fundamentos. Keynes acuña el término “animal spirits” para describir este comportamiento, y lo compara con el de jueces de un concurso de belleza que son recompensados por elegir los rostros más populares en lugar de los más atractivos–el famoso “beauty contest.” De este modo las personas actúan motivadas no solo por su intuición, convicciones o información, sino también en función de lo que creen que harán las demás personas.


Productores y diseñadores pueden inducir esta tenencia al promedio para estandarizar procesos, bienes y servicios, y reducir costos. Murrell explica un posible mecanismo en la industria de la música: "la forma en que se distribuye afecta a qué música se distribuye (...) los cambios en la tecnología (de distribución) han llevado a que las canciones se vuelvan más cortas, la música se vuelva menos diversa melódicamente y las letras se vuelvan más repetitivas."


Si bien este comportamiento se notó mucho antes de la difusión masiva de noticias por Internet, las redes sociales podrían haber potenciado el efecto. Crisis recientes como la pandemia por el COVID y las disrupciones en las cadenas de suministro globales por guerras, no parecen haberse originado debido a las redes sociales. Pero la gran recesión (2008–2012) sí se magnificó por comportamientos “irracionales” de los agentes económicos, como lo sugieren Akerlof y Shiller retomando la idea de Keynes.


Afortunadamente hay caminos para evitar la tendencia al promedio: el primero es obvio y lo sugiere el mismo Alex Murrell en la conclusión a su artículo: la edad del promedio es la oportunidad para ser creativos:


“En cine o moda, medios o marketing, arquitectura, automoción o publicidad (...) nuestra cultura visual se está debilitando y la única cura es la creatividad. Es hora de dejar de lado el conformismo. Es hora de exorcizar lo esperado. Es hora de rechazar lo indistinguible. Durante años, el mundo se ha movido en la misma dirección estilística. Y es hora de que reintroduzcamos algo de originalidad.”


El segundo camino es mucho más difícil, pero es más efectivo porque implica desarrollar hábitos estables. Se trata de apostar por el ejercicio de virtudes y por promoverlas entre los demás. El miedo a lo nuevo, a lo diferente, nos puede mover a una falsa prudencia. En su libro “iGen,” Jean Twenge comenta que la búsqueda de "seguridad emocional" contribuye muy poco a aumentar la capacidad de asumir riesgos saludables. Twenge sostiene que, en general, "las personas superan los miedos afrontándolos, no escondiéndose de ellos."


La resiliencia nos lleva a perseverar a pesar de los riesgos, e incluso a buscar aquellos riesgos saludables, para lograr el bien propio y de los demás:


“Los riesgos son esenciales para el florecimiento humano. Al asumir riesgos medidos (para nuestra cordura, nuestra estabilidad financiera, nuestra seguridad percibida) ex ploramos los límites de nuestra capacidad para soportar la incomodidad, una postura que luego nos permite preocuparnos por los demás. De esta manera, una toma de riesgos bien ordenada está fundamentalmente orientada a los demás.” 


1https://www.alexmurrell.co.uk/articles/the-age-of-average

2https://marginalrevolution.com/marginalrevolution/2023/03/alex-murrell-the-age-of-average.html

3The General Theory of Employment, Interest and Money. Harcourt, Brace & Company, 1936. Cap 12.

4https://www.alexmurrell.co.uk/articles/the-age-of-average-encore

5Animal Spirits: How Human Psychology Drives the Economy, Princeton University Press, 2010.

6https://www.jeantwenge.com/igen-book-by-dr-jean-twenge/

7Alexandra Davies. Building Resilience in a High-Risk World. Public Discourse, 20-5-24. https://www.thepublicdiscourse.com/2024/05/94953/


Publicado en Dissensio edición 1, con el título " Medios, medios y la tendencia al promedio", página 35

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